Eran las ocho de la mañana de un domingo que seguramente sería otro día tranquilo (era el domingo 22 de febrero), un ruido me despertó, ya no podía conciliar el sueño, unos minutos después desperté a mis padres y desayuné a las ocho y media unos churros que casi me hicieron vomitar.Cogimos el coche a las once destino: Ortigueira. A la una menos cuarto ya estábamos en el centro de Ferrol, a la una y media vimos un cartel que decía que faltaban 28 kilómetros para Ortigueira. Ya empezábamos a tener hambre así que decidimos ir a pasar el día a Ferrol.
Llegamos a Ferrol a las dos y cuarto y nos pasamos un cuarto de hora buscando donde comer, luego pasamos una hora paseando. Cogimos el coche a las 4 de la tarde y fuimos al Cabo Prior.
Por las cinco y media ya habíamos llegado al Cabo Prior pero ya que estábamos ahí decidimos ir al faro de Cabo Prior. Para ir al faro tuvimos que preguntarles a muchas personas porque el camino era muy lioso.
Llegamos las siete al faro era todo muy bonito pero descubrí unas escaleras por detrás del faro había unas escaleras que conducían al acantilado. Daba muchísimo vértigo pero yo y mi padre fuimos capaces de bajar mi madre se quedó arriba esperándonos.
A las ocho menos cuarto nos fuimos de allí y paramos en Vilalba para tomar un café y después volvimos a casa. Que aventura he vivido.
